Al final no ha podido ser: Alex Txikon y su equipo han tenido que darse por vencidos cuando ya acariciaban el éxito. El Manaslu (8.156 m.) en invierno estaba ya al alcance de la mano del vasco de Lemoa, a falta del ataque final, que se hubiera producido de haber tenido un par de días de buen tiempo. Con toda la ruta equipada con campamentos y cuerdas fijas hasta el campo III, la meteorología, no obstante, ha dictado sentencia: con más de diez días de mal tiempo por delante, Txikon, pendiente del permiso de la empresa en que trabaja y del visado del gobierno nepalí, ha aceptado la imposibilidad de continuar el reto. Su compañero Simone Moro, por parecidas razones, ya había dejado la expedición unos días atrás.

Foto @phelipe_eizaguirre
Tras alcanzar en dos ocasiones los 7.000 metros de altura, Alex Txikon, Iñaki Álvarez, Chhepal Sherpa, Gelum Sherpa, Namja Sherpa y el equipo de comunicación que les ha acompañado, han ocupado las últimas horas en desmontar las cuerdas fijas desde el campo II, así como el campo base. Los expedicionarios han asegurado estar satidfechos con el trabajo realizado: tras equipar una ruta alternativa a la normal debido a una grieta, abrir huella en la nieve profunda que muchas veces les llegaba hasta la cintura y afrontar temperaturas de muchos grados bajo cero. Tras dos meses de convivencia y con pena de no haber podido culminar el objetivo, no obstante, el equipo liderado por Alex Txikon tiene claro que ha conseguido el mayor de los logros en el ochomilismo invernal: regresar todos con vida a casa.