Su nombre es Dy Proeung y dedicó toda una vida a salvaguardar el patrimonio histórico y cultural con el que el Partido Comunista de Kampuchea (PCK) quiso acabar durante los años de dictadura

Camboya es hoy un destino transitado para los más curiosos y curiosas. Un país de tradición y religión budista que aglutina algunos de los templos más increíbles del mundo. Y aunque en la actualidad su visita sea obligada, durante la década de los 80 todo este legado cultural del que ahora se puede disfrutar, corrió un serio riesgo de desaparición si no hubiese sido por la valiente labor de intelectuales y artistas como Dy Proeung.

Un arquitecto que fue perseguido sin descanso por las autoridades del régimen debido a sus inclinaciones intelectuales y religiosas (budistas) en un contexto en el que la práctica de la libertad de expresión en cualquiera de sus formas estaba penada con la muerte. Pero, pese a los riesgos, Proeung no estaba dispuesto a que la identidad de todo un país fuera borrada a la fuerza de la noche a la mañana. Este artista nunca cedió al chantaje ni a las demostraciones de fuerza y terror por parte del partido en mando.

Toda una cultura en el jardín de casa

Dy Proeung, como hemos contado, fue perseguido junto a sus colegas intelectuales durante los años del régimen. Pero, eso no le hizo parar en su afán por preservar todo un legado cultural. De trabajar como uno de los arquitectos más influyentes, a cambiar su nombre para vivir la vida del campesino mientras la época más cruda se daba lugar en Camboya. 

Las redadas eran constantes y su morada no iba a correr una mejor suerte. Por esa razón, Proeung decidió esconder todos sus planos y proyectos justo antes de huir para trabajar la tierra en el anonimato más absoluto. Con la caída del régimen, este intrépido arquitecto volvió a su pueblo natal para rescatar todos esos documentos que años antes había dejado atrás. Como era de esperar, su casa estaba destrozada debido a las incesantes redadas, pero el régimen de Kherm Rouge -como se conocía al Partido Comunista Camboyano en aquel entonces-, no fue capaz de hallar lo que buscaban. 

Proeung camina entre las recreaciones de los templos que construyó

Hoy, en la parte trasera del jardín de su humilde morada descansan las increíbles recreaciones en miniatura de los cuatro templos más importantes del país que Proeung construyó durante años de trabajo; Angkor Wat, Ta Keo, Bantaey Srey y Bayon. Estos templos son la prueba no solo de la identidad cultural del país, sino también de la lucha de aquellos que dieron la vida por preservarla.

A sus 82 años, este anciano sigue transmitiendo a las nuevas generaciones sus orígenes más profundos. Una labor que nunca ha dejado de practicar desde que el terror se apoderó de toda una población indefensa. 

 

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