El reto “Antártico – Remando en solitario”, del aventurero español Antonio de la Rosa, ha concluido. Lo ha hecho tras un mes de sufrir las inclemencias del tiempo en su ruta de Cabo de Hornos a la Antártida y de ahí a las islas Georgia del Sur.

El reto, como ya explicamos en Ruteon cuando dio comienzo, buscaba convertirle en la primera persona que cruzara los 1.000 kilómetros del Mar de Hoces en solitario y en una embarcación de remo, para luego emular a Ernest Shackleton y compañía, recorriendo unos 2.000 kilómetros a vela, entre la Isla Elefante y la Isla de Georgia del Sur. El reto debía finalizar con los últimos 50 kilómetros a pie, en tierra firme.

Sin embargo, aunque ha logrado llegar a su destino, no ha podido ser como estaba planeado. Arrancó aprovechando una ventana de buen tiempo, pero esta no resultó ser lo suficientemente amplia. Pronto se vio azotado por unos vientos casi huracanados, y su menuda embarcación, zarandeada por el fortísimo oleaje que en más de una ocasión le hizo volcar.

En rumbo a la Isla Elefante… o no

Conforme pasaban los días, Antonio de la Rosa se alejaba más y más del rumbo previsto. Debía ir hacia el sur, hacia la Antártida, pero en lugar de eso su deriva apuntaba hacia el este. Las correcciones le suponían un esfuerzo titánico porque, recordemos, solo contaba con su propia fuerza: iba a recorrer esos mil primeros kilómetros a remo. El clima no hacía sino empeorar y los problemas se le amontonaban. El más grave, quizá, la pérdida del piloto automático, lo que le impidió corregir tanto como le hubiera gustado el rumbo.

Tras apenas un par de semanas, que sin duda a Antonio se le tuvieron que hacer eternas, el primer revés. Aunque el “Ocean Defender logró alcanzar el meridiano 55, en el que se encuentra la Isla Elefante, se encontraba en el paralelo 59, cuando la isla está en el 61. Es decir, unos 200 km al norte.

Ruta final de Antonio de la Rosa en su reto "Antártico - Remando en solitario"

La ruta que Antonio de la Rosa acabó siguiendo desde Cabo de Hornos hasta Georgia del Sur

El desafío torna en supervivencia

Nuestro intrépido protagonista tomó entonces una decisión: continuar remando, como hasta ahora, y alcanzar así Georgia del Sur. Es decir, hacer unos 1.200 km más, lo que sumado a los aproximadamente 800 que ya había recorrido, sumaban una titánica travesía de 2.000 kilómetros a remo, el doble de lo inicialmente previsto.

Pero a perro flaco todo son pulgas, y los problemas de su embarcación no hicieron más que empeorar, hasta el punto de que apenas cuatro días después de abortar la ruta a la Isla Elefante y decidir seguir remando hasta la isla final, se vio obligado a izar la vela. El objetivo ahora era llegar, como fuera, y no abandonar. La travesía, que a remo iba a ser de unas tres semanas, podía reducirse así a la mitad.

Las penurias continuaron: una inundación dejó muy dañado el sistema eléctrico de su bote, los fuertes vientos amenazaban con arrancar el mástil del tintero y, para colmo, la embarcación de apoyo que le acompañó durante todo el viaje le obligó a cambiar su destino final.

Un éxito parcial que sabe a victoria

Sería en Georgia del Sur, pero no en el norte de la isla, ya que es una zona muy complicada y, dada la situación climatológica que se estaba viviendo, podía poner en grave peligro al buque de apoyo. Optaron entonces por tomar tierra por la parte sur de la isla, y en Smaaland Cove, cerca de la Isla Verde, la expedición finalizó. Eso sí, con un último y arriesgado movimiento, ya que fue él, y no la nave de apoyo, quien acudió al encuentro del otro.

El sabor agridulce de no haber podido culminar el reto como se hubo planeado se potenció en el epílogo: el “Ocean Defender”, que había recorrido 2.000 km sin un rasguño, quedó gravemente dañado durante su remolcado a tierra firme. Pero que nada de esto empañe una gesta sin igual.

Como el mismo Antonio de la Rosa asegura, ha sido “la expedición de aventura más extrema, arriesgada y comprometida” que jamás ha hecho. Y aunque le haya tocado improvisar y rehacer el plan una y otra vez, alejándose cada vez más del objetivo inicial, ha sido capaz de hacer algo increíble. ¡Enhorabuena, Antonio!

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