Richard Weiss, presidente emérito del Explorers Club de Nueva York, lo nominó a finales del curso pasado junto a otros 49 exploradores

Su nombre es Manuel José Carpintero, y trabaja como director del colegio de Nuestra Señora de la Paz de Villarta de San Juan (Ciudad Real). Pero, Carpintero no es un director cualquiera. Hace unos meses entraba en el Club Explorers para ser elegido como uno de los 50 exploradores más influyentes de todo el mundo. Este fue un premio creado hace unos seis años por Richard Weiss, presidente del Explorers Club, para reconocer a esos intrépidos aventureros que con sus hazañas han puesto su granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor:

«Pues mira… Primero me enteré de la nominación que ya me dejó ‘flipado’ (…) Fue casual. Yo regalé a mi mujer un viaje a Nueva York por su cumpleaños, mi idea era visitar el Explorers Club y por eso les mandé algunos vídeos de lo que había hecho. Me contestaron que podía visitarlo sin problema, y además me pidieron que diera una conferencia. Conté mi historia y a Richard Weiss (presidente emérito del Explorers Club) le encantó. Así que después de aquello me nominó», explicaba para Ruteon.

Y aunque Carpintero no se llevó el premio, sus méritos no fueron nada desdeñables. Con tan solo 20 años vivió como voluntario en la enigmática selva colombiana del Chocó durante una de las épocas más convulsas del país. Aquí las carreteras son prácticamente inexistentes y el turismo escaso, por eso, la supervivencia y exploración en esta selva con una biodiversidad sin parangón se convierte en un verdadero reto. A ese factor, hemos de sumarle que justo en ese momento el famoso narcotraficante Pablo Escobar se escapaba de prisión. Decenas de personas morían cada día y el contexto lo hacía todo si cabe mucho más complicado: «En ese momento toda Colombia era la selva. Lo primero que me dijo el sacerdote de la misión al bajar del avión es que al cura le habían pegado un tiro». Sin embargo, sus expediciones no se quedaron ahí.

Imagen de con los 50 exploradores más influyentes del mundo

Manuel José es un habitual del ártico, en donde al más puro estilo de su buen amigo Ramón Larramendi, recorrió el mar helado junto a su trineo de perros. El objetivo era pasear entre sus gélidas tierras nada menos que al Quijote: «En 2005 se cumplía el cuarto centenario de la publicación del Quijote, y además era el 750 aniversario de la fundación de Ciudad Real. Entonces se me ocurrió realizar una expedición a los dos polos y llevarme el Quijote y la Carta Puebla de Ciudad Real.»

Aunque, sin duda, tal y como él mismo reconoce, una de las más duras la protagonizó en un velero alemán tras atravesar el temido Mar de Hoces. Se trata de un mar que divide el continente antártico de sur américa, y aquí se han registrado más hundimientos de navíos que en cualquier otro lado, y de hecho, muy pocos han sido los que se han atrevido a cruzarlo. Los vientos y mareas que este mar esconde no pueden verse prácticamente en ningún otro lugar. Nuestro entrevistado nos explicaba que tuvieron que enfrentarse a olas de 14 metros con vientos de 70 nudos, y según nos contaba, llegaron a pensar en ‘lo peor’. Lo que él no sabía es que estaban haciendo historia; nadie hasta ese momento había cruzado el Mar de Hoces con un velero de un tamaño tan pequeño.

Carpintero durante su conferencia en el Explorers Club (foto: @peterdomorak)

Esta fue la expedición que prácticamente sin quererlo le llevó al lugar de prestigio en el que ahora lo encontramos. Hoy, Manuel José sigue en marcha con otras hazañas no menos desdeñables, y es que como director del colegio ya nos ha asegurado que invierte grandes esfuerzos en despertar la curiosidad y la ilusión por la exploración en las próximas generaciones.

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