Marc Batard es todavía hoy una auténtica leyenda del alpinismo que a sus 70 años sigue en predisposición de mantenerse en la cima de este deporte. Tres décadas después, el alpinista de origen francés quiere repetir una gesta que ya cumplimentó con creces con tan solo 36 años; escalar el Everest en menos de un día, solo y sin oxígeno.

Es cierto que en la actualidad han sido cuántos los que se han atrevido con tamaño reto, sin embargo, aquí la excepción reside en que Batard fue el primero en conseguirlo allá por la década de los 90.

Esta vez, las condiciones cambian. Como es obvio, su estado físico ya no es el mismo, y por ello ha tenido que planificar una aclimatación severa a casi 7 300 metros de altura. El elegido ha sido el monte Nupse, aunque las trabas para su escalada le llevaron a tener que contactar con el ministro de finanzas y turismo nepalí, además de buscar la mediación de embajada francesa. Finalmente, Batard podrá seguir con su entrenamiento según lo previsto. 

Una vuelta al alpinismo inesperada

La realidad es que el experimentado alpinista dejó al mundo de este deporte anonadado cuando dio la noticia; dejaba el alpinismo a sus 43 años, en el que probablemente era el mejor momento de su carrera. Una decisión que muy pocos entendieron en su momento. Ahora, casi tres décadas después, Batard ha decidido volver a las andadas.

Se trata de un proyecto que ya lleva en marcha desde el año 2020, y la experiencia le avala, pues además del Everest, Batard ha escalado el Dhaulagiri en invierno, el Pilar Oeste de Makalu en 18 horas y Cho Oyu en 19 horas. De hecho, en el mundo del alpinismo se le catalogó con el sobrenombre de ‘The Sprinter’, ‘El Velocista’ en castellano.

Y si bien es cierto que el riesgo y la adrenalina siempre han sido parte de la carrera de Batard, en esta ocasión el maduro alpinista francés quiere hacer las cosas de forma distinta: 

Vamos a reforzar los equipos que instalamos el año pasado”, explicaba. “Equiparemos [la ruta] con barras de metal… para facilitar las secciones verticales para futuros clientes”.

La idea es crear una especie de ‘Vía Ferrata’ que sea accesible para un cliente menos experimentado, algo que también podría crear cierta controversia al largo plazo, dado que las vías ferratas de alguna forma podrían resultar en un aumento considerable de ‘inexpertos’ que se lanzan al Everest sin la preparación adecuada.

En ese sentido, Batard no pretende ni mucho menos convertir el ascenso al Everest en una vía Ferrata, simplemente busca otorgar ciertas facilidades en zonas verticales en las que el ascenso es mucho más complicado.

Pin It on Pinterest

Share This