Nabiev coronó el Manaslu, la octava montaña más alta del mundo

Han pasado ya unos días y el mundo del alpinismo sigue en shock tras el logro conseguido por el joven Rustam Nabiev. Este ex militar ruso ha conseguido alcanzar la cima de uno de los ocho miles más duros de la cordillera del Himalaya; el Manaslu ( 8 163 m). Y aunque la expedición estaba formada por un equipo de Sherpas y escaladores, Nabiev ha hecho cumbre de forma totalmente autónoma, con la única ayuda de sus brazos.

La vida de este antiguo militar cambió de golpe y porrazo cuando en un cuartel siberiano se dio un fuerte derrumbamiento. Veinte soldados perdieron la vida, mientras que a él le tuvieron que amputar ambas piernas. 

Desde aquel momento, lejos de venirse abajo, el joven atleta se puso manos a la obra para adaptarse a esta nueva condición de vida. Al poco tiempo comenzó a interesarse por el alpinismo, y tras una exhausta preparación física se lanzó a la cumbre más alta de toda Europa; el monte Elbrus (5 642 m), que consiguió conquistar tras un esfuerzo titánico.

Nabiev tras coronar el monte Elbrus

Su siguiente reto se centró en el Himalaya, y lo cierto es que fue una expedición mucho más larga y compleja que la anterior. Aproximadamente un mes hasta alcanzar cima, contando con los cinco días que pasó en el último campamento antes del pico. Y lo que parecía imposible, se cumplió: «Me lo prometí a mí mismo y a la gente que cree en mí”.

Se calcula que Nabiev tuvo que dar más de 100 000 pasos, a lo cual ha de sumarse las temperaturas propias de la alta montaña, el riesgo de avalancha y los posibles cambios de temporal.

Pocas horas después del ascenso, este ex Sargento de la Brigada Paracaidista rusa compartió esta foto en redes en la que agradecía el apoyo recibido:

«Pocos creían en esto, ¡pero yo lo hice! El 2 de octubre de 2021, a las 10.00 horas estaba parado en la cima del monte Manaslu, a 8.163 m. Escribí una nueva página en la historia del montañismo moderno, convirtiéndome en la primera persona en el mundo en escalar un ochomil con las mismas manos. Dedico esta subida a la memoria de mi madre. ¡Mamá te amo!”.

Con el ascenso, Nabiev y su equipo consiguen algo insólito, algo nunca visto. Y es que hoy ya puede decirse que son historia del alpinismo moderno. 

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