Hasta el momento, los británicos Jamie Facer-Childs y Justin Packshaw han recorrido ya unos 220 km bajo la reciente disciplina del Snowkitting
Jamie Facer-Childs y Justin Packshaw siguen en proceso para completar una de las expediciones más esperadas de la temporada 2020-2021. Debido al COVID-19, hasta hace unos meses no se tenía la seguridad de que este año se pudiesen producir movimientos en la Antártida. Por suerte, Facer-Childs y Packshaw ya se encuentran en el inicio de su camino hacia el objetivo de los 4000 km recorridos a través de la disciplina snowkitting.
La travesía tuvo su pistoletazo hace trece días desde la base rusa de Novolazarevskaya. Desde allí deberán recorrer 1 700 km hasta el Polo de Inaccesibilidad, el punto del continente antártico más lejano del océano sur, y 900 km más para llegar al Polo Sur. La expedición estará cerca de tocar su fin cuando alcancen la Entrada de Hércules, para acabar en la Unión Glaciar tras unos 1500 km más de recorrido.

Sin embargo -sin infravalorar el hecho de enfrentarse a la fuerza y brutalidad antártica como otros grandes exploradores ya han hecho antes- uno de los fuertes de esta expedición es básicamente el ‘cómo’ se está realizando. Estos deportistas extremos han optado por la disciplina del snowkitting, un deporte imposible de practicar si no se dan unos mínimos de rachas de viento. Y por el momento, las condiciones climáticas no están siendo las idóneas.
Se trata de una disciplina que básicamente usa una gran cometa para hacer snow o esquí. De forma que las velocidades y las alturas son mucho mayores que en la disciplina clásica, pero que a la vez, está acotada. De forma que si no hay viento, tampoco habrá snowkitting, y eso es precisamente lo que está lastrando a Facer-Childs y Packshaw. Además, no deja de ser excepcional, ya que la Antártida es un lugar que suele acumular las rachas de viento más potentes. De hecho, el explorador polar Ramón Larramendi inventó y diseñó desde cero un nuevo medio de transporte 100% sostenible basado en la energía eólica. Recorrió más de 14 000 km en la Antártida en lo que bautizó como el ‘Trineo de viento’.
En principio, los británicos han previsto que la expedición durará unos 80 días, pero si las condiciones climáticas siguen este curso podría extenderse incluso más. Y aunque se trata de una expedición admirable y de gran calibre, Childs y Packshaw no han sido los pioneros. Justo un año antes, en la temporada 2019-2020, el australiano Geoff Wilson completó una travesía incluso más larga -y en solitario-. Unos 5300 km en tan solo 58 días bajo la disciplina kite-skiing, que al fin y al cabo es lo mismo que snowkitting, pero con esquís.
Podéis seguir en Chasing The Light su travesía a tiempo real, con datos concretos del momento y el punto en el que se encuentran, así como las condiciones climáticas que están afrontando actualmente.